¡La solidaridad revolucionaria es un velero sin fronteras que abraza las olas de la tempestad!
Queremos enviar toda nuestra solidaridad, desde Bure, al compañero Alfredo Cospito, actualmente detenido en el régimen de aislamiento conocido como «41-bis», en la prisión de Sassari, en Cerdeña, por haber disparado en las piernas al administrador delegado de Ansaldo Nucleare, un creador y constructor de centrales nucleares, por haber reivindicado su acción y por haber su amplia contribución, desde la cárcel, al debate sobre nuestros modos de acción, la diversidad de las tácticas, el internacionalismo y la perspectiva revolucionaria del movimiento antinuclear.
Cualquier intento de aislar a uno de nuestros compañeros sólo conseguirá reavivar nuestra rabia y las chispas que nos empujan a actuar. La lucha de Alfredo Cospito es también la nuestra: contra el nuclear y los tecnócratas que gobiernan el mundo.
Mientras la extracción de uranio y de otras tierras raras sigue arrasando territorios y derribando cuerpos, mientras los ensayos nucleares, o las pruebas de bombas, han contaminado las regiones y lxs habitantes de Quirra, en Cerdeña, del macizo del Ahaggar, en Argelia, de Mururoa y Fangatoufa, en Polinesia, mientras otros territorios son tomados en asalto por las potencias imperialistas, mientras, en su guerra contra Ucrania, Rusia utiliza las centrales nucleares como una espada de Damocles, Europa se pone de acuerdo para decir que la nuclear es una energía «limpia», Francia avanza con la cabeza gacha en la fuga en adelante en la construcción de nuevos reactores e Italia vuelve a cuestionar el final de su producción (después de todo, no era un problema seguir construyendo centrales nucleares en otros países, entonces ¿por qué seguir fingiendo haber parado?) . Los proyectos de enterramiento de residuos radiactivos, en Bure y ahora también en Italia, no son la búsqueda de soluciones a la contaminación que el nuclear ha producido, sino herramientas para permitir que la energía nuclear se desarrolle cada vez más.
El Estado italiano, a la vanguardia en la represión de nuestras luchas, adopta, sin sorpresas, la estrategia del aislamiento. Aislar cada vez más: en una isla lejos de sus seres queridos, solo en prisión, en una celda bajo tierra. Cerdeña, una isla militarizada, campo de entrenamiento de fuerzas especiales, con sus bases OTAN, es un nodo de la guerra. Durante mucho tiempo ha sido utilizada como lugar de aislamiento para los prisioneros políticos más problemáticos, como las Brigadas Rojas y los Núcleos Armados Proletarios, encerrados en la prisión de Fornelli, en Asinara [una pequeña isla deshabitada, al norte de Cerdeña], de los cuales deberíamos contar la revuelta del 2 de octubre del 1979. La prisión de Fornelli ahora se ha convertido en un museo, pero esto no ha hecho pasar a la historia al resto de cárceles, no ha puesto fin a las detenciones bajo el régimen del 41-bis y por lo tanto no archivará nuestras luchas. Hoy día, Cerdeña se sigue utilizando como tierra de deportación para los enemigos del orden del Estado.
A todo esto, nosotros respondemos que debemos llevar adelante una lucha antinuclear fuerte y decidida, diversificada y solidaria.
¡Movilicémonos, en todas partes, contra la nuclear y su mundo capitalista, colonial y mortífero, por la organización horizontal de sociedades solidarias y por la libertad de todxs!
¡Por una lucha revolucionaria e internacionalista en la práctica!
¡La solidaridad es el ataque, que esta traspase las fronteras, los mares y los barrotes!
Saquemos a Alfredo del 41-bis, con la fuerza de nuestra revuelta,
¡Libertad para Anna, Alfredo y Juan!
¡Solidaridad con Boris por haber incendiado dos repetidores telefónicos, contra el tecno-totalitarismo!
Viva la anarquía.
Unxs compas de Bure