Leo sólo cuatro líneas. Antes de desaparecer definitivamente en el olvido del régimen 41 bis dejadme decir unas pocas cosas y después callaré para siempre. La magistratura de la república italiana ha decidido que soy demasiado subversivo como para seguir teniendo la posibilidad de ver las estrellas, la libertad. Enterrado definitivamente con la cadena perpetua obstativa, que no tengo dudas me aplicaréis, con la absurda acusación de haber cometido una “masacre política”, por dos atentados demostrativos en plena noche, en lugares desiertos, que no debían ni podían herir o matar a nadie y que, de hecho, no hirieron ni mataron a nadie. No satisfechos, además de la cadena perpetua obstativa, como continuaba escribiendo y colaborando con publicaciones anarquistas, se ha decidido taparme la boca para siempre con la mordaza medieval del 41 bis, condenándome a un limbo sin final en espera de la muerte. No lo tolero y no me rindo, y continuaré mi huelga de hambre por la abolición del 41 bis y de la cadena perpetua obstativa hasta mi último aliento, para que el mundo conozca estas dos abominaciones represivas de este país. Somos 750 en este régimen, también lucho por esto. A mi lado mis hermanos y hermanas anarquistas y revolucionarios. A la censura y a la cortina de humo de los medios estoy acostumbrado, estos últimos tienen el único objetivo de presentar como un monstruo cualquier opositor radical y revolucionario.
Abolición del régimen 41 bis.
Abolición de la cadena perpetua obstativa.
Solidaridad con todos los prisioneros anarquistas, comunistas y revolucionarios de todo el mundo.
Siempre por la anarquía.
Alfredo Cospito
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Puedes escuchar su declaración aquí (emitida por radio ondarossa)