Berlín, 16 enero 2023.
A primeras horas del del 16 de enero de 2023, conseguimos acceder a un área bien protegida de la Germaniastraße en el barrio berlinés de Tempelhof y usamos dispositivos incendiarios para dejar fuera de circulación 25 furgonetas de Amazon Prime. Un fuego solidario con lxs okupantes de Lützerath y con lxs prisionerxs en huelga de hambre,
El frenesí consumista del Black Friday y el lucroso negocio de la Navidad han pasado. El pretendido amor por el prójimo y la pequeña contemplación dejan paso a la habitual rutina cotidiana. Otra vez con el codo por delante para sobrevivir en la lucha competitiva de la sociedad contemporánea. A pesar de la inflación y el aumento del coste de vida en general, la carrera por la mercancía y el saqueo del planeta y sus recursos siguen sin disminuir en este nuevo año, llenando las cajas de quienes se lucran con la guerra del comercio online. Por su posición de monopolio y su modelo de negocio, hace tiempo que Amazon se ha convertido en un factor de dependencia para muchos. Pero este grupo es mucho más que un simple suministrador de productos a bajo precio.
Tus pensamientos y sentimientos valen su peso en oro
Los avances tecnológicos del gigante de la informática indican el oscuro futuro de una sociedad distópica de vigilancia y control. En cuanto fuerza impulsora del establecimiento del capitalismo digital, Amazon no sólo modifica la economía de forma permanente, también la vida cotidiana, el comportamiento social y hasta nuestra forma de pensar. La inteligencia artificial y los algoritmos son capaces de controlar y manipular las necesidades. Los cálculos resultantes dan forma hoy a lo que será rentable mañana. Con una amplia gama de productos e infraestructuras tecnológicas (servidores), esta empresa se impone en cada vez más aspectos de la vida para satisfacer su insaciable sed de datos. Sea a través del software de vigilancia de Amazon Ring, que vigila la propiedad de los ricos como un ojo todo poderoso y que –ahora también integrado en vehículos– deja el entorno sujeto a un control permanente. Con la asistencia vocal de Alexa, la oreja de la IA al acecho en los salones y dormitorios, presente en los momentos más íntimos. Con los programas de reconocimiento facial y sensores que deberían interpretar los sentimientos y guiar a los clientes en las tiendas sin cajeros de Amazon-Go. O con una multitud de desarrollos en el campo de la salud y la biotecnología para capturar todo lo físico y descomponerlo en números. Amazon sabe que quien dispone de gran cantidad de información y de datos puede traducir el presente en dimensiones matemáticas, también tiene el poder de influir en el futuro para su propio beneficio.
De la worldwideweb a la sede de Berlín
Aunque la responsabilidad de mantener el orden social de la sociedad es mucho más amplia, la empresa, junto a pocos gigantes tecnológicos, desempeña un papel muy particular en el reajuste del mundo a través de la “smartización”. Su influencia en numerosos ámbitos de nuestras vidas es ya mucho mayor de lo que creemos. No se limita sólo a quienes voluntariamente han reemplazado a sus amigxs por Alexa, a quienes sirven a una economía a demanda hiper-conectada comprando productos Prime, o que compran en las plataformas de comercio online a expensas lxs trabajadorxs precarixs. En internet es prácticamente imposible esquivar a Amazon. Y para que pronto ocurra lo mismo en el espacio físico, Jeff Bezos está plantando una torre que sobresale del resto en medio de Berlín. Con sus 140 metros de altura representa un símbolo inequívoco de la reivindicación del poder blanco-patriarcal de un capullo egomaníaco. Además, la construcción de la torre tendrá consecuencias drásticas para lxs vecinxs. La afluencia de miles de miles de informáticxs de Amazon alimentará la espiral de precios en el mercado inmobiliario y continuará y acelerará los procesos de desahucio. Como siempre, serán lxs excluidxs quienes se lleven la peor parte, pues ya están sintiendo la presión financiera del aumento de los costes. Es sólo un pequeño consuelo el que desde los pisos más altos de esta torre que se eleva de forma ofensiva, fácilmente podría haberse maravillado contemplando la quema de la flota de coches de Amazon al otro lado de la ciudad.
Amazon camina sobre cadáveres
El hecho de que supuestamente la “Amazon-EDGE-Tower” se esté construyendo con materiales supuestamente sostenibles puede valer para el marketing, pero no mejora para nada el conjunto. Al contrario, blanquea las consecuencias climáticas de la fabricación y explotación de miles y miles de servidores, así como el carácter desastroso del comercio online y el aferramiento a la idea del consumo de masas frente a la crisis ecológica. Cuando una corporación como Amazon publicita sostenibilidad ciertamente no es para una compresión de las consecuencias de sus propias acciones, sino por puro cálculo comercial. La etiqueta de protección del clima se ha convertido en una buena forma de hacer negocios. Esto sin mencionar el hecho de que el complejo tecnoindustrial se ha desarrollado principalmente a través de innumerables crímenes contra las personas y la naturaleza, de los que se derivan las crisis actuales. Sólo su destrucción total, por medio de la violencia liberadora necesaria, podrá ponerle fin.
Por último, pero no por ello menos importante, la “smartización”, el control y la vigilancia también afectan a la mano de obra oprimida en los centros de distribución de Amazon, a la que, a diferencia de sus compañerxs bien formados del sector informático, se le pide que rindan al máximo en pésimas condiciones laborales con míseros salarios. Esta asquerosa empresa no tiene la decencia de dar un respiro a sus empleadxs, ni siquiera cuando alguien muere, como ocurrió recientemente en Leipzig. ¡Este fuego también es para vosotrxs!
Por el anarquista Alfredo Cospito, que lleva 89 días en huelga de hambre en aislamiento en Italia y en lucha contra el régimen 41 bis.
Por Thanos Chatziangelou, que está luchando por su dignidad en las prisiones en Grecia.
Por Ivan Alocco, que esta en huelga de hambre en Francia y por lxs 11 prisionerxs turcxs en huelga de hambre en las cárceles griegas.
En solidaridad con lxs okupantes de Lützerath.
Contra el progresivo saqueo del planeta – Atacar el complejo tecno-industrial.
Libertad para todxs lxs prisionerxs!
Algunxs anarquistas