Octavilla repartida en Palermo, Sicilia, durante concentración en solidaridad con Alfredo
Sobre el cuerpo de Alfredo, cuya vida pende de un hilo, en estos días se libra una larga batalla, tan dramática en sus efectos como monopolizada por la falsedad de las declaraciones oficiales. Lo que el Estado, con sus fascistas en el gobierno (habría sido los mismo aunque los demócratas estuviesen en el gobierno), se hace ilusiones pensando que puede eliminar de una vez por todas la rebelión contra el sistema y su carácter fundamental: la solidaridad consciente, que es premisa y fin. La libertad es el crimen que contiene todos los demás por eso el coro rapaz de los periódicos y la política sólo ve vandalismo y criminalidad en los escaparates rotos, en los coches quemados, en las manifestaciones no autorizadas, en todos los signos de dignidad y cercanía a Alfredo que irrumpen el la cotidianeidad del terror. El porqué se indigna uno, dice mucho de quien es: para los siervos del poder es más grave dañar cosas que llevar a la muerte a seres vivos, un artefacto sin muertos ni heridos es masacre y no el largo rastro de sangre que Estado, servicios secretos y funcionarios de azul han dejado alo largo de la historia italiana.
En Portella della Ginestra, Piazza Fontana, Piazza della Loggia, stazione di Bolongna, hasta las masacres de Capaci, en todas las masacres reales se cierne la indecible sombra del Estado y de sus aparatos.
La guerra que es Estado ha declarado a los anarquistas y a quienquiera que luche es el declive actual de la guerra que desde hace mucho llevan a cabo las clases dominantes contra los oprimidos y oprimidas por la unificación de Italia.
Para el Estado, el movimiento anarquista y las otras corrientes revolucionarias encarnan dos pecados: el mantenimiento de la memoria de las clases subalternas y la conciencia que no es posible liberarse de un dominio basado en ejércitos, prisiones, lógica de terror, solamente con luchas de opinión y recogida de firmas.
El salvajismo de esta lógica viene acompañada del pragmatismo ante escenarios de crisis. La guerra OTAN/Rusia que día a día arriesga convertirse en mundial, ve en Italia un nodo crucial con el MUOS*, Sigonella*, y almacenes de armas nucleares; al mismo tiempo, Italia es el país más inestable socialmente, sobre todo por el alto coste de la vida y la inflación, que merman las condiciones de supervivencia de millones de personas, especialmente en el Sur. El 41 bis, la cadena perpetua irreducible, las asociaciones mafiosas que invaden las colonias meridionales, son un instrumento perfecto para el control y la represión de la población, para conseguir que rabia e inteligencia no se unan, quizás decidiendo disturbar la apreciada servidumbre militar y energética. Por estas razones, estas instituciones no deben tocarse: más allá de los peligrosos anarquistas conocidos por la policía (como nos recuerdan todos los periódicos) es a la masa de desconocidos, los desposeídos, a quien va dirigido el mensaje de guerra. Deberían aceptar que la injusticia y la infelicidad son los mayores instigadores a la delincuencia.
Enemigos y enemigas de las prisiones
NdT:
Sigonella: Base militar estadounidense
MUOS: “Mobile User Objetive System”. Red global de antenas para radares militares del ejército estadounidense, con instalaciones en Sicilia. Más información (2013-14): libelo, octavilla, contrainfo