Hamburgo, 20 marzo 2022.
La noche del 19 al 20 de marzo, hemos atacado un edificio del campus de la universidad de Helmut-Schmidt (Universidad de la Bundeswehr) en la calle Charles-Mills. Unas piedras han dañado vidrieras y la entrada del edificio, y una barricada de neumáticos ha ardido en la calle en señal de nuestra cólera contra el existente.
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Atacamos el militarismo alemán y sus instituciones, tan ilustres para la cultura de esta sociedad. El militarismo implica la opresión de los supuestamente más débiles y el afán de dominación de las potencias occidentales. A su vez, está condicionado en su lógica por el patriarcado y el pensamiento colonial. En la actual delirio bélico en torno al ataque a Ucrania, este pensamiento militarista vuelve a experimentar un nuevo auge. Se supone que la sensación de tener que prepararse para una confrontación militar fomenta la confianza en un Estado fuerte y en una Europa unida.
En el plano material, esta evolución se expresa en las enormes subvenciones a la Bundeswehr mediante pagas extraordinarias y el aumento del presupuesto de Defensa. El sector científico-militar también se beneficiará enormemente de los cientos de miles de millones de euros que harán que las tropas supuestamente «rotas» vuelvan a ser aptas para la guerra. Esto también se aplica a la Universidad de la Bundeswehr, donde se sientan los burócratas asesinxs que trabajan día tras día en la creciente especialización y tecnologización de la máquina de guerra. Donde los más ambiciosos de entre los futuros asesinxs reciben formación para su carrera militar. El objetivo de la Universidad de la Bundeswehr es promover las habilidades especializadas entre los futuros oficiales y, al mismo tiempo, llevar a cabo investigaciones sobre temas que caen dentro del campo de interés de la Bundeswehr. Por ejemplo, aquí se investiga en cooperación con empresas como Airbus sobre nuevas tecnologías para la aviación. Las afirmaciones del Ejército según las cuales la Universidad Helmut Schmidt sería una institución civil son, por tanto, ridículas. Los conocimientos que se imparten aquí se destinan a actividades militares. De hecho, el campus principal de la universidad también se designará como lugar militar seguro con guardias armados.
Los conocimientos que desarrollan y promueven no están destinados a quedarse en una estantería. Lo que se crea aquí desempeñará un papel activo en la matanza de personas en algún lugar. A la Bundeswehr le gusta presentarse como una institución democrática de orientación civil. Pero lo que parece una guerra con participación alemana –o de otros ejércitos de la OTAN– lo podríamos ver en los crueles conflictos de Yemen, Mali, Afganistán. O en Rojava/Norte de Siria, donde el Estado turco también está librando una guerra de agresión contra la población para anexionarse los territorios y expulsar a la gente que vive allí. Sólo que esto se hace con la bendición y el silencio del gobierno alemán debido a razones políticas.
También en Alemania las palabras «seguridad» y «defensa» ocultan siempre la verdadera razón del rearme y de las guerras interminables: el mantenimiento de las condiciones imperantes y la defensa del poder económico. La guerra y lo militar sólo dejan tras de sí devastación, miseria y atrofia de las relaciones sociales. Y el medio ambiente también sufre enormemente las consecuencias de la militarización. Las fuerzas armadas alemanas también desempeñan un papel nada desdeñable en ello. Mientras se queman turberas milenarias en las zonas de entrenamiento de combate, la Bundeswehr es sin duda uno de los mayores emisores de CO2 con su flota de vehículos. El hecho de que el Partido Verde apriete fácilmente el gatillo en política exterior ya no debería sorprender viniendo de esta panda de hipócritas.
La guerra sólo produce sufrimiento y dominación. No hay militarismo bueno, ¡en ningún sitio! Saboteemos el ejército y sus excesos científicos, industriales y civiles.
Con esta acción también saludamos al anarquista Alfredo Cospito.
Nuestro odio para el Estado italiano que ha decidido dejar morir en aislamiento a nuestro compañero en huelga de hambre.
¡Libertad para todos y todas! ¡Abajo el militarismo!