Sin sorpresa, con mucha rabia, nos enteramos de que:

El Tribunal de Vigilancia de Milán rechaza la solicitud de domiciliarios por motivos de salud para el prisionero anarquista Alfredo Cospito. Contemporáneamente se tomaba la misma decisión en el tribunal de Sassari. En ambos casos, con extensas motivaciones escritas de antemano. Definen la conducta del compañero de instrumental con el objetivo de cambiar decisiones políticas y judiciales. Mientras se acumulan contradicciones dentro de los órganos políticos y judiciales (por ejemplo el pronunciamiento de la D.N.A.A, la Fiscalía de Casación, la revisión del proceso Sibilla, etc), cada vez que se está ante un órgano con poder para resolver la cuestión abierta por la lucha del compañero, el “partido de la condena a muerte” utiliza todo su poder político para bloquear cualquier vía posible. Esta era con toda probabilidad la última ocasión. A todxs nosotrxs la tarea humana e histórica de hacer pagar al Estado el mayor coste político por este asesinato. Ahora y en el futuro.

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PD: ¡Malditos Seais!