Después de la brutal paliza – con porras, patadas y spray pimienta – perpetrada en Milán por un grupo de policías locales contra una persona transexual de origen brasileño, los defensores de la policía nos han explicado que la causa de tales episodios no reside en una naturaleza estructuralmente violenta, clasista y racista de las fuerzas del orden –y el poder casi indiscutible que ejercieron durante los años de confinamiento, toques de queda y controles exhaustivos– sino en la falta de formación de los agentes. Algún compañero ha pensado unirse a esta campaña de sensibilización con un cartel cuya difusión recomendamos.