Una vez más aquí. Ante los muros de la cárcel de Bancali, en un campo de habas que nunca existió crecido de forma desmesurada. Cuando te encuentras allí todo parece desvanecerse, los sentimientos encontrados, entre la alegría de estar de nuevo juntos y la rabia de sentirse pequeños ante ese amasijo de cemento. Y aún así, paradójicamente, sientes que estás en el único lugar justo, estás donde querrías estar. Frente a una cárcel, mientras fuera la vida parece trascurrir como de costumbre, mientras el calor lleva a las personas hacia el mar, mientras se hacen piscolabis bajo los árboles con los amigos. No obstante, paradójicamente, sabes que estás en el lugar correcto. Estamos aquí por Domenico, en huelga de hambre desde el 28 de febrero en las mazmorras medievales del 41bis de Bancali, para decirle que aunque no sepamos quien es ni tampoco su historia sabemos que es justo estar al lado de quien lucha contra esta infame tortura.
Estamos aquí por Alfredo, trasladado de nuevo, para decirle que hoy igual que ayer estamos de su lado, pase lo que pase. Estamos aquí por los dos prisioneros muertos en Augusta en huelga de hambre bajo un silencio total. Estamos aquí por todos y todas aquellas que nos escuchan tras esas rejas, para enviar un saludo, para leer lo que ocurre fuera, para acercar un poco de solidaridad. También estamos aquí para continuar aquello que iniciamos y que la Fiscalía de Sassari quiere silenciar. Por todos y todas las personas investigadas, aquí y en todas partes, por haber mostrado solidaridad a Alfredo y a quien lucha contra la cárcel, por todas las personas que durante los últimos meses han estado con nosotros, frente a estos muros, con frecuencia por primera vez, en las calles y plazas, y que ahora se encuentran bajo investigación.
También estamos aquí para recordarnos que a menudo, por diversos motivos, también nosotros somos una parte de ese silencio que envuelve algunas luchas o las muertes en la cárcel: Domenico está en huelga de hambre desde febrero y ahora nos enteramos que desde hace cerca de una semana, otro prisionero también lo está.* Si somos solidarios con quien lucha, estas luchas deben salir de esos muros, tienen que llegar a las calles y plazas, como hemos hecho con Alfredo.
Lo repetimos muchas veces: en la cárcel se muere todos los días, pero morir en silencio es morir dos veces. En la cárcel también se lucha, con frecuencia solos, sin ningún apoyo externo, en un silencio absoluto. Depende de nosotros atravesar esos muros.
Fuente: ilrovescio.info
* El presente texto se publicó a finales de junio. Se refiere a Natale, que ha interrumpido la huelga el 11 de julio.