Texto de un panfleto repartido durante la manifestación del 2 de agosto en Bolonia.
Hoy día 2 de agosto se conmemoran las víctimas de la masacre de la estación de Bolonia de 1980. Una masacre atribuible al Estado en su ideación y proyección, y a los fascistas en su realización práctica, que se inscribe en la violencia dirigida contra las luchas obreras y las protestas sociales de la época.
Esta vez asistió al aniversario como portavoz del Gobierno el Ministro del Interior, Matteo Piantedosi, una clara expresión del espíritu democrático fundado en las masacres: jefe del gabinete de Salvini en tiempos de los decretos de seguridad, artífice des decreto anti-rave de este año y de múltiples medidas anti-migrantes. Un Estado que todavía se nutre de las masacres en el mar, en el trabajo, en las cárceles, en los Cpr, en las fronteras, y de reprimir con dureza a quien lucha contra la realidad existente, hecha de dominio y explotación.
La reciente huelga de hambre del prisionero anarquista Alfredo Cospito de más de seis meses ha roto el silencio sobre la tortura democrática del 41-bis y del ergastolo ostativo. Condenado por “masacre” en el ámbito de la investigación Scripta Manent junto a la compañera anarquista Anna Beniamino, Alfredo todavía se encuentra recluido en el régimen 41-bis a la espera de una revisión de la modalidad de su encarcelamiento. La acusación se refiere a un artefacto que explotó fuera de la escuela-cuartel de carabinieri de Fossano (Cuneo), las condenas emitidas son altísimas: 23 años para Alfredo, 17 años y 9 meses para Anna. Como Juan, condenado en apelación a 14 años y 10 meses por la acusación de atentar contra la sede de la Lega de Villorba (Treviso), y Zac, encerrado varios meses en las celdas del Estado a la espera de juicio, acusado de un ataque incendiario contra el consulado griego en el ámbito de la compaña de solidaridad con el compañero Dimitris Koufontinas, preso que se encontraba en huelga de hambre en Grecia.
Hoy como ayer, el Estado continúa impertérrito su batalla represiva contra el llamado “enemigo interno”. En los últimos meses en toda Italia compañeros y compañeras, de norte a sur, están siendo objeto de registros y recibiendo notificaciones de apertura de investigaciones, algunas de las cuales con cargos por 270bis (asociación subversiva con finalidad de terrorismo), a raíz de la intensa lucha llevada a cabo durante los meses de movilización por la campaña contra el 41-bis y el ergastolo ostativo, junto a Alfredo. Mientras tanto, Domenico Porcelli, preso en la cárcel de Bancali (Sassari), está en huelga de hambre desde más de 8 meses [5 meses, desde el 28 de febrero] contra el 41-bis, en absoluto silencio de los medios y de la llamada sociedad “democrática” y “civil”. Su lucha contra la tortura de Estado del 41-bis también es la nuestra, conscientes de que la solidaridad hacia quien resiste dentro y fuera de las cárceles es una arma contra la socieadad del Estado y los patrones que nos quiere dóciles y divididos.
LAS MASACRES LAS PERPETRA EL ESTADO, NO QUIEN LO COMBATE.