¡Adelante todos! Y con los brazos y el corazón, la palabra y la pluma, el puñal y el fusil, la ironía y la blasfemia, el robo, el envenenamiento y el fuego, hagamos la guerra a la sociedad
Joseph Déjacque
Cuatro arrestos y cinco obligaciones de residencia, frente a la solicitud de diez arrestos en prisión: es el resultado de la enésima operación anti-anarquista conducida por la fiscalía de Génova contra compañeros involucrados en la redacción del quincenal anarquista “Bezmotivny – Senza motivo”. Los cargos, aparte de la infaltable asociación subversiva, son instigación a la delincuencia y apología subversiva, además del ridículo “ofensas al honor del presidente de la República”…
Pero no es sin motivo que han arrestado a los compañeros: han perseverado en lo que los anarquistas hacen desde los principios de su historia: imprimen periódicos, critican lo existente, incitan a la acción, difunden noticias de ataque a las estructuras y a los hombres que sostienen este mundo cada vez más mortífero, lo justifican socialmente como válidas y oportunas, intentan explicar las razones a los pocos lectores todavía atentos que pueden llegar… Extraños seres los anarquistas. Si lo que quieren es escribir, ¿por qué no hacen como muchos otros? Podrían escribir en periódicos que pueden comprarse a un módico precio en cualquier quiosco, y justificar las guerras, los naufragios en el mar, las muertes en las cárceles y en el trabajo, el racismo, la omnipresencia del control policial, …, ganando un digno sueldo. ¡Pero no! Siempre yendo en dirección contraria y obstinada, a seguir creyendo que la democracia no es el mejor de los mundos posibles, a seguir hablando de la destrucción del Estado y de sistema tecno-capitalista que lo secunda. Todo cosas sin ninguna razón [motivo], para la mayor parte de la gente.
El papel impreso, para los anarquistas, ha sido siempre un instrumento de agitación, es decir, un medio para transmitir sus ideas e incitar al derrocamiento de la sociedad constituida, y por esto, desde hace ciento cincuenta años su prensa es secuestrada y quien la escribe reprimido. A causa de esta larga historia de represión, tenemos mil motivos para continuar nuestra obra de agitación mediante periódicos, revistas, libros, carteles, mítines, acciones; tenemos mil motivos para seguir reportando las acciones que encienden el corazón, hacer propaganda con la difusión y legitimar su validez, más aún en tiempos en que el significado de la palabra se vuelve menos comprensible y se alza un muro infranqueable entre quienes hablan y comprenden el lenguaje del poder y quienes simplemente son súcubos.
Las fiscalías italianas no son ciegas y en la balanza de su diosa recae todo el peso del Dominio; saben que los anarquistas son irreducibles, no renuncian a las utopías en las que creen ni a luchar por sus sueños más osados. En todo esto ven instigación a la delincuencia y apología subversiva; para nosotros simplemente es el batir del corazón.
Un corazón que tiene mil motivos para seguir latiendo. Y luchando.
Solidaridad con los anarquistas arrestados e investigados