Al Estado le gustaría silenciar la propaganda anarquista revolucionaria…
Cuatro arrestos domiciliarios con restricciones en las visitas, comunicaciones y con brazalete electrónico, cinco obligaciones de residencia con regreso nocturno de 19.00 a 7.00 horas (incluido uno posteriormente agravado en arresto domiciliario), frente a una solicitud de diez arrestos en prisión; registros domiciliarios y registros del Círculo Cultural Anarquista “Gogliardo Fiaschi” y de una imprenta comercial en Carrara; ingentes secuestros de periódicos y publicaciones anarquistas y revolucionarias… Éste es el resultado de la operación represiva Scripta Scelera del 8 de agosto contra la publicación quincenal internacionalista anarquista “Bezmotivny”. Una “redada quirúrgica” contra un periódico que a lo largo de tres años ha publicado análisis y reflexiones encaminadas a profundizar en el análisis crítico de la realidad social, así como reivindicaciones y textos informativos relacionados con los ataques contra estructuras y figuras del Estado y del capital, responsables de toda forma de explotación y opresión social.
Después del frenesí mediático y las declaraciones grandilocuentes, por así decirlo, nosotros también tenemos algo que decir.
No nos sorprenden operaciones como ésta. Desde que surgió el anarquismo –no de las abstracciones eruditas de algún filósofo, sino de las experiencias revolucionarias, de las aspiraciones de los oprimidos–, los periódicos anarquistas han sido atacados. Los Estados tienen una larga historia de masacres, torturas, asesinatos, miles de años de prisión contra revolucionarios. Tenemos el impulso del sueño y el riesgo de la acción, la determinación de la voluntad y la fuerza de la necesidad. Y seguimos por el camino que hemos emprendido… Aunque inquisidores e ilustres magistrados se pongan de acuerdo en ello, contra toda censura y represión, seguiremos regocijándonos cada vez que esta realidad social autoritaria sea atacada, sus certezas resquebrajadas, perturbadas por el rugido de la revuelta.
Frente a un presente cada vez más sombrío –el abismo de la guerra global, la miseria, el desastre ecológico generalizado, las tecnociencias, las maniobras político-económicas cada vez más represivas en el trabajo, en las fronteras, contra la juventud– el Estado necesita actuar, tratando de erradicar al “enemigo interno”: los explotados que no bajan la cabeza, los que no se resignan a este estado de cosas, los que siguen cultivando con pensamiento y acción la transformación revolucionaria de presente.
¡No nos desanimamos! Con la conciencia de la solidaridad revolucionaria e internacionalista con los proletarios y explotados del mundo entero, seguiremos soñando, intentando sentar las bases y contribuir a la destrucción del Estado, del capital, de toda autoridad.
…no nos dejaremos silenciar ni parar
¡Perseveremos en apoyar la justicia de la acción revolucionaria, contra todos los Estados y contra todas las guerras de los patrones!
Fuente: lanemesi.noblogs.org
[Traducción recibida al correo, con ligeras modificaciones por lucharcontrael41bis]