Alfredo Cospito y el palacio que se hunde

Alfredo Cospito, prisionero anárquico, está en huelga de hambre desde el 20 de octubre. Con esta huelga de hambre indefinida opone a la crueldad del Estado –que lo quiere enterrado en una tumba para vivos– su fuerza, tenacidad y voluntad de un anárquico y revolucionario consciente.

Alfredo Cospito ha sido condenado a muerte por el Estado, que ha confirmado su voluntad de aniquilación con el resultado de la audiencia del Tribunal de Vigilancia de Roma el 1º de diciembre, que confirmaba su permanencia en 41bis. A casi cien días del comienzo de la huelga, su vida se encuentra al borde de un abismo. Muchos son los responsables, entre ellos la Corte di Casación de Roma, la cual –mostrando todo el odio de clase del poder contra los anarquistas– ha recalificado en “masacre política” una de las acusaciones contra Alfredo Cospito y Anna Beniamino en el proceso Scripta Manent”. La misma Casación que todavía no ha fijado la audiencia del recurso contra la ordenanza del Tribunal de Vigilancia. [ya ha sido fijada para la insultante fecha del 30 de abril, para luego ser adelantada, siempre de forma insultante, primero al 7 de marzo y luego al 24 de febrero – ndt].

El proceso “Scripta Manent” representa la venganza del Estado contra los anárquicos “no susceptibles al arrepentimiento”[*] y es un aviso impartido mediante un castigo ejemplar, a cualquiera que ose sobrepasar la linea roja de las prácticas de lucha consentidas por el poder.

El miércoles 25 la corte Constitucional se reúne en la Corte de Casación para debatir sobre las nuevas normas de regularán la cadena perpetua irreducible. Esto sucede en un país en el que cada vez más detenidos son amontonados en ese vertedero social que son las prisiones, muchos de ellos abandonados en el vacío existencial de la cárcel perpetua y del aislamiento. Se trata de la enésima medida con la que el Estado impone la renuncia a la propia identidad y la retractación como única vía de salida.

La cadena perpetua irreducible ejemplifica un sistema judicial podrido, que ya ni siquiera se esconde tras el cortavientos constitucional de la pena como forma de recuperación, sino que afirma, de forma cada vez descarada, la voluntad de eliminar de la sociedad toda forma de vida enemiga del Estado. En este sentido recordamos a todos aquellos revolucionarios que resisten en las cárceles de este país, algunos desde hace más de 40 años.

En estos tiempos de guerra militar y económica, de profunda crisis ecológica, de concentración der la riqueza en unas pocas manos y el consiguiente empobrecimiento de sectores de la población cada vez más amplios , el aumento de la represión y del control es una exigencia del dominio capitalista. El ataque represivo se desarrolla a todos los niveles, desde el 41 bis para quien ataca directamente el poder, como Alfredo Cospito, hasta la criminalización de los sujetos sociales refractarios al orden, como ha ocurrido recientemente con el decreto-ley 434 (decreto anti-rave).

Frente a este ataque, como movimientos revolucionarios de las clases explotadas, estamos convencidos que no debemos aceptar ninguna conciliación con el sistema, sino afirmar nuestra existencia y el mundo que llevamos dentro a través de la lucha.

En esta sociedad vivimos en constante precariedad económica y existencial, donde la separación entre existencia legal e ilegal cada vez es más borrosa. Por lo que la prisión no puede ser sino un lugar donde expresar el conflicto social, y en consecuencia, un terreno de lucha. Luchamos por la destrucción de la cárcel y de la sociedad que la necesita. Luchamos contra los regímenes diferenciados donde están recluidos nuestros compañeros. En el caso de los revolucionarios encarcelados, estas formas de reclusión sirven tanto para aislarlos de los movimientos fuera de la cárcel (como en el caso del 41 bis), como para separarlos de la parte más determinada y consciente de los detenidos (como en el caso de la AS2 [Alta Seguridad]) , impidiendo que se organicen y se difundan las luchas.

Desde hace meses llevamos a cabo una movilización de lucha en solidaridad con Alfredo Cospito, esta lucha va más allá el apoyo individual a un único compañero, tiene objetivos más amplios. Como ha declarado nuestro compañero:

El cierre del 41 bis (para todos, que son más de 700 reclusos).
La abolición de
la cadena perpetua irreducible.
La solidaridad con todos los presos revolucionarios.

En estos meses de movilizaciones, se han conseguido algunos resultados:

– Romper el muro de silencio en torno al 41 bis, auténtico régimen de tortura.
– Aclarar el papel asumido por la Dirección Nacional Antimafia y Antiterrorismo como instrumento de opresión política y rasguñar el carácter intocable y el prestigio del que se ha revestido este aparato estatal.
– Relanzar las ideas y prácticas libertarias de lucha, la necesidad de la propaganda por el hecho y la presencia combativa en las calles después de un largo período de regresión de los movimientos de lucha.
– Desarrollar la solidaridad internacional con los combatientes sociales y revolucionarios golpeados por la represión.

La lucha no ha terminado, estamos llegando al culmen, y la vida de Alfredo corre grave peligro. Ahora es necesario el máximo empeño en la movilización, para apoyar la lucha del compañero y preservar su vida.

Asamblea de solidaridad con Alfredo Cospito y los prisioneros revolucionarios.
Roma, 25 enero 2023

Traducido de: lanemesi.noblogs.org

* ndt – en el texto original “insuscettibili di ravvedimento”, entrecomillado, parece hacer referencia al homónimo noblogs, inactivo desde hace dos años.