El martes 8 de agosto partía la enésima operación anti-anarquista. Con el grandilocuente nombre de “Scripta Scelera” se concreta un nuevo ataque al anarquismo, a su análisis teórico y a las prácticas de solidaridad que sabe poner en práctica. Esta vez los “crímenes escritos” son los del quincenal “Bezmotivny”, publicación nacida a finales de 2020. Igual que con la operación “Sibilla” que golpeaba el periódico anarquista “Vetriolo”, una vez más se acusa la propaganda anarquista en sí, su capacidad de incidir en las conciencias, uniendo a los explotados con otros explotados más allá de Estados y fronteras.
Son muchas las portadas de periódicos italianos que incitan a la guerra, al racismo, al desprecio, generosamente financiadas por belicistas, productores de armas y de muerte. Ahora más que nunca, son la caja de resonancia de una faceta particular de la dramaturgia del Estado y sus esbirros. Una faceta particular pero no inesperada, ya que históricamente pertenece a las peculiaridades de todos los gobiernos que, en los momentos de mayor dificultad, generan dinámicas de auto-conservación destinadas a restablecer o regenerar la cadena de producción, complementando este objetivo con campañas represivas dirigidas a golpear a los refractarios dispuestos a poner un bastón a las ruedas de la explotación, a quien la produce y a quien lo defiende.
Lo que está sucediendo al movimiento anarquista desde hace años se encuadra perfectamente en las prácticas defensivas que usan los explotadores en todo el mundo contra la lucha revolucionaria, o mejor dicho contra esa parte de explotados que ha decidido no agachar la cabeza.
Es evidente que, respecto a la propaganda, los medios del anarquismo no pueden competir con la que despliegan los Estados y gobiernos para preservar su aura de consenso. Este es un dato incontrovertible que se ha consolidado a lo largo de los siglos y que aún afecta la calidad de las respuestas que las clases trabajadoras son capaces de hacer surgir de sus propias filas, sin delegar en otros su desarrollo.
La emancipación real de los trabajadores no es un proceso jerárquico y no podrá ser resultado de ninguna delegación; es parte integrante de numerosas experiencias históricas que han buscado, de forma autónoma, dotarse de instrumentos concretos capaces de aportar un progresivo desarrollo teórico-práctico a las luchas.
Por lo tanto se está atacando la capacidad de autodeterminarse como clase, como proletarios conscientes que se dirigen a otros proletarios. Se está atacando la tensión internacionalista y revolucionaria que todo explotado puede sentir en su corazón cuando el frente de guerra está cada vez más cerca. Bajo el ataque de una clase media ambiciosa que ha decidido ponerse en guardia ante el actual dominio de la burguesía, y la lucha de algunos proletarios que han decidido no delegar la propaganda de sus ideas al reformismo político.
¿Qué época histórica ha reservado momentos idílicos a los antiautoritarios? Siempre atacados, perseguidos por las policías de los regímenes del capital, calumniados, traicionados por partidos autoritarios, menospreciados o aislados por el periodismo, sólo la firmeza de los presupuestos establecidos por el análisis teórico, junto a la consecuente calidad de la respuesta revolucionaria contra el Capital, ha consentido a los anarquistas permanecer, a nivel de ideas y prácticas, parte agente y consciente del proletariado. Esto es lo que asusta realmente a los gobiernos: no tener la última palabra en la conciencia de los explotados.
Sin embargo, ¿cómo puede la propaganda anarquista, o bien esa forma de agitación social que surge fuera de la concesión de derechos como justificación de su existencia, subvertir una brecha cuantitativa tan marcada y consolidada por el tiempo?
En la específica óptica democrática-liberal, la eficiencia de un elemento mensurable, directamente proporcional al “valor” gastable en ámbito político: retroalimentación de resultados positivos, participación, aumento del consenso, adhesión a las expectativas de un gran número de personas. Pero los anarquistas no son un partido que se presenta a las elecciones, no se proponen administrar una ciudad, reverdecer un chalet, organizar el tiempo libre en un barrio, sino destruir las raíces de la explotación eliminando lo que la produce y la garantiza.
Es con este espíritu de continuidad y perseverancia en la lucha y en la calidad de la propaganda anarquista que expresamos solidaridad con los compañeros golpeados con esta infame operación.
¡SOLIDARIDAD CON GAIA, GIGI, GINO Y PAOLO!
¡SOLIDARIDAD CON TODOS LOS COMPAÑEROS GOLPEADOS POR MEDIDAS RESTRICTIVAS!
¡POR LA ANARQUÍA!
Algunos Anarquistas
11 de agosto 2023