El jueves 19 de Octubre de 2023, a un año del inicio de la huelga de hambre, se ha vuelto a discutir la posibilidad de revocar la medida de privación de libertad en régimen 41bis para Alfredo Cospito.
La audiencia ha sido en el Tribunal de Vigilancia de Roma, el único en todo el territorio nacional que puede decidir sobre la aplicación del régimen 41bis, mientras que las órdenes de ejecución las expide directamente el Ministerio de Justicia. A raíz de la ausencia de respuesta por parte del Ministro de Justicia, Carlo Nordio, a una solicitud presentada por la defensa de Alfredo que pedía la revocación anticipada –silencio que en términos prácticos se traduce en denegación– la solicitud ha pasado a los jueces de este tribunal, que podemos definir a todos los efectos como un tribunal especial, conocido especialmente por el altísimo porcentaje de desestimaciones.
Exactamente igual que el año pasado, con motivo de la misma solicitud de revocación presentada al Ministro de Justicia, a las argumentaciones de la defensa –basadas sobre todo en la evolución posiv¡¡tiva (en fase cautelar) del proicedimiento Sibilla– se añaden las de la fiscalía, y, sobre todo, los informes que algunos órganos de instrucción aportan a los jueces para perfilar el marco en el que se inscribe la necesidad o no de aplicación del 41bis, y por tanto las restricciones inhumanas que conlleva.
Se dan a conocer algunos aspectos del debate judicial: en un marco algo diferente (por ejemplo, era una petición presentada al ministro y no al tribunal, hubo una huelga de hambre indefinida, etc.), en enero pasado la Dirección Nacional Antimafia y Antiterrorismo (DNAA) ya había expresado su opinión favorable a la revocación del 41 bis para Alfredo Cospito (según la cual el compañero podía permanecer en 41 bis o volver al circuito de Alta Seguridad). Y la misma posición adoptó en su momento en comando de Raggrupamento Operativo Speciale (ROS) de los carabinieri. A estas notas se añade hoy una valoración favorable por parte de la Dirección Central de la Polizia di Prevenzione, organismo antiterrorista de la Polizia di Stato. Inútil subrayar la oposición de la fiscalía de Turín y la -en este caso informal pero de igual peso- del Ministerio de Justicia.
Si entre enero y febrero estas opiniones favorables a la revocación del 41 bis pusieron de manifiesto la dinámica de pasarse la pelota entre instituciones producida por la presión de la lucha en curso (además de un estado de “desorientación” que terminó el 24 de febrero con la confirmación del 41 bis por parte del Tribunal de Casación), en la actualidad siguen mostrando cómo la movilización ha abierto y hecho evidentes las contradicciones del organismo estatal.
Ahora no podemos hacer otra cosa que esperar a que se pronuncien los jueces del Tribunal de Vigilancia. Por lo tanto, en esta coyuntura nos parece prematuro y peligroso cantar victoria, como está ocurriendo en algunos “lugares” de la web. Que quede claro: Alfredo Cospito sigue en 41 bis, el Tribunal de Vigilancia de Roma es quien confirma o revoca la detención en dicho régimen, y las decisiones de este tribunal pueden demorar hasta un mes. El año pasado (en la audiencia del 1 de diciembre), con toda la urgencia que suponía la huelga de hambre y la presión pública que ejercía la movilización, se tomaron nada menos que 18 días para emitir su veredicto contrario.
Mientras tanto, el resultado de la audiencia del 18 de abril en el Tribunal Constitucional relativa a la condena por “masacre política” (a la que siguió la interrupción de la huelga), dió lugar a un nuevo cálculo de la pena prevista y atenuó el perfil criminal que la fiscalía de Turín ha intentado adjudicar a Alfredo repetidamente. Un resultado inimaginable antes del movimiento de solidaridad y de la huelga de hambre. Una de las dos cuestiones planteadas por Alfredo –el ergastolo ostativo– obtuvi un resultado significativamente positivo, considerando que la sentencia del Constitucional representa un precedente judicial que tendrá repercusiones directas para cualquiera que se encuentre en una situación similar.
Por tanto, desde el pasado mes de abril, el escenario ha cambiado: los focos se han apagado, nuevos caminos y relaciones han surgido del esfuerzo colectivo, el tiempo de maduración de lo que en todos los sentidos han supuesto los seis meses de huelga, y los más amplios de movilización, es aún necesariamente largo y dará frutos que tardarán tiempo en expresarse.
Igual que antes, ninguna confianza en las instituciones de la justicia burguesa, y con independencia del resultado de esta batalla de tribunal, la guerra contra el Estado y sus siervos ciertamente no termina aquí.
23 octubre 2023