Firmeza en la práctica revolucionaria

Intervención en las concentraciones bajo las prisiones de Terni y Spoleto (1/11/2022)

– En lucha con los presos anarquistas contra el Estado y el capital –

Escribimos estas líneas en ocasión de las concentraciones bajo las cárceles de Terni y Spoleto programadas para el 1 de noviembre del 2022 y simultáneamente con la llamada a la lucha lanzada, a través de la huelga de hambre del compañero anarquista Alfredo Cospito, recluido en la cárcel de Bancali; huelga de hambre de la cual también han adherido los anarquistas Juan Sorroche, encerrado en la prisión de Terni e Iván Alocco, encerrado en la prisión francesa de Villepinte.

El aporte teórico y práctico, que algunos compañeros prisioneros han dado al movimiento anarquista a lo largo de los años, y que continúan a dar incluso entre las infames jaulas construidas por los regímenes demócraticos, encuentra todavía hoy una manera de escapar y hacerse agitación ininterrumpida, sin mediación y sin fronteras entre los proletarios y los explotados en todo el mundo: de Chile a Francia, de España a Italia.

El 5 de mayo del 2022, el anarquista preso Alfredo Cospito ha recibido notificación de su traslado desde la “Alta Seguridad 2” al “41 bis”. El decreto fue ordenado por la exministra de justicia Marta Cartabia.
El 6 de julio del 2022, el Tribunal de Casación (3 y ultimo grado de juicio en Italia) ha recalificado el ataque explosivo contra la escuela de alievos de los carabinieri de Fossano del Junio ​​2006, reivindicado por Rivolta Anonima e Tremenda/Federación Anarquista informal, por el cual estaban acusados los compañeros Anna Beniamino y Alfredo Cospito, en “Masacre política”, renviandolo a un cálculo peyorativo de la pena que también podría incluir cadena perpetua obstativa.
El 9 de julio de 2022, el Tribunal de lo Penal de Treviso ha dictado una sentencia de 28 años de prisión para el compañero anarquista Juan Sorroche por el doble ataque explosivo del 12 de agosto del 2018 contra la sede de la Liga en Villorba.

Con estas medidas se esta tratando de aislar a nuestros compañeros del movimiento revolucionario; de interrumpir su contribución a los debates y a las discusiones dentro del anarquismo; de detener las publicaciones y escritos considerados peligrosos por el ordenamiento jurídico democrático.

En un momento de gran dificultad, tanto para los Estados como para los gobiernos, se busca, además de aplastar el movimiento revolucionario sobre prácticas inconsistentes agitando la amenaza del 41 bis y de la cadena perpetua. En la práctica, una advertencia a cuántos, a partir de este otoño, sentirán más frío, más hambre, y verán un empeoramiento de sus condiciones de vida.
Todo esto pone de manifiesto, a nivel general, la verdadera nueva cara del capitalismo que ha reconvertido y remodelado numerosos aspectos de la vida social, incluso a través del horizonte represivo. Es el aparato penal, de hecho, que contribuye de manera decisiva a sustentar y formular siempre nuevas técnicas volcadas a la producción política de la realidad. En consecuencia de tal lectura de las cosas, reclamamos la lucha revolucionaria total contra el capitalismo, reconociendo en ella la herramienta más eficaz para interrumpir la construcción de un modelo social del cual la prisión, con todo su aparato tecnológico productivo, es parte integrante.
El Estado y el capital recurren a leyes coercitivas y tácticas policiales para dispersar o reprimir las eventuales acciones colectivas de oposición a las empresas. Las formas de vigilancia y de control policial se multiplican, en perfecta coherencia con el instrumento político más a buen mercado al servicio de los gobiernos: democracia, congenio gobernativo en permanente evolución que hoy está mutando su esencia a partir de viejas fórmulas de convivencia interclasista en fórmulas económicamente más claras, burocráticas e identitarias.

Así, mientras la seguridad de los patrones está representada por las herramientas diseñadas ad hoc por mediocres consultores de la represión,  nuestra seguridad, aquella de los explotados, está representada por el ataque destructivo en el confronto de aquellos que especulan sobre el intento de obtener un control social dominante, dejando el campo libre a la furia empresarial. Tal proyecto político pretende reestructurar desde lo alto las relaciones entre el Estado, el mercado y los individuos y a conservar, en el interior de los cambios cada vez más repentinos, los históricos privilegios de clase. De ahí derivan los riesgos cotidianos para nuestras vidas. La disciplina productiva vehicolada de los nuevos principios capitalistas es permeada en las diversas estructuras de la sociedad y ha tachonado su horizonte de muerte, hambre y destrucción.

Por lo tanto, estamos agradecidos a quien, tanto hoy como en el pasado, han golpeado al enemigo de clase, lo ha reconocido de vez en vez en el magma social, generado por los cambiantes ritmos de la producción y ha demostrado su vulnerabilidad. Somos conscientes de las inmensas dificultades que encontraremos en nuestro camino. Sin embargo, uno de los objetivos principales de la propaganda anarquista es empujar a más personas posibles a la acción contra el Estado y los patrones. Esta suposición no se puede poner sobre un hipotético plato de la balanza que mida el beneficio obtenido en relación con la energía gastada.

«“Difusión de las ideas” y “propaganda”, “pensamiento” y “acción”, el corazón de la coherencia anarquista, del actuar anarquista, deberían coexistir siempre. Difusión de las ideas: el debate entre anarquistas, la profundización y la evolución de nuestros análisis de nuestro pensamiento. La propaganda: la apertura al mundo a través del hecho, la acción, manifestaciones, enfrentamientos callejeros. Acciones destructivas que habla a todos. El poder de un Estado democrático contrasta la “propaganda” cuando se hace acción, pero también aquellos anarquistas que con paginas y periódicos incitan a la acción. Esto es indicativo de que cosa teme el poder, temen nuestras palabras cuando con claridad hacen “Propaganda”, teme al pensamiento que empuja a la acción, el pensamiento que se hace acción. Cuando después, la difusión de las ideas tiene lugar mediante la “propaganda del hecho” a los Estados no queda que ceder y perder poder o reaccionar y reprimir con violencia» (A. Cospito).

Nosotros no creemos que las planificaciones económicas o las acciones represivas produzcan en su totalidad los efectos previstos. La velocidad, a la que estos procesos son sometidos, también acelera los errores de evaluación, con continuos cambios de rumbo y remodelación de los asectos. Por lo tanto, un continuo y rápido cálculo del fracaso es el hecho cierto que se lleva consigo detrás de esta nueva fase del capitalismo.
Sin embargo, estamos convencidos de que ya se ha decidido quién tendrá que pagar el precio de tal fracaso y ya estamos experimentando cuales son los recursos que se pondrán en marcha para detener a quien querrá poner un bastón entre las ruedas a este proyecto. Es en una una cárcel donde se ha dado la primera señal: Módena marzo del 2020. La firmeza de la práctica revolucionaria hecha de análisis, estudio, análisis en profundidad y de acciones consecuentes, consiente recalibrar continuamente el enfoque del enemigo de clase y de las estrategias a través de las cuales se explica su explotación. Tal práctica no se puede interrumpir, se reproduce cada día y acecha los sueños de los patrones, gobernantes y magistrados. Esta es la continuidad revolucionaria que hacemos nuestra y que nos sitúa al lado de Anna, Alfredo, Juan e Iván.

SOLIDARIDAD A ALFREDO COSPITO EN HUELGA DE HAMBRE EN LA CÁRCEL DE BANCALI Y A TODOS LOS PRISIONEROS REVOLUCIONARIOS EN EL 41BIS: NADIA LIOCE, ROBERTO MORANDI, MARCO MEZZASALMA

SOLIDARIDAD A JUAN SORROCHE Y A IVAN ALOCCO EN HUELGA DE HAMBRE, RESPECTIVAMENTE EN LA PRISIÓN DE TERNI Y DE VILLEPINTE EN FRANCIA

SOLIDARIDAD CON ANNA BENIAMINO EN LA PRISIÓN DE REBIBBIA

¡MUERTE EN EL ESTADO! ¡VIVA LA ANARQUÍA!

Algunos anarquistas de Cosenza