Thanos Chatziangelou – La intransigencia es un contrato de vida o muerte

En esos momentos sólo hay un pensamiento: el peso de las palabras. Para algunos, las palabras son un conjunto de letras sin sustancia. Palabras desechables que, una vez nacidas en bocas sucias, están condenadas a venderse lo más barato posible. Como estrellas que se apagan al caer, sin brillo. Sólo oscuridad. Para otros, de nuevo, las palabras son las huellas de las propias acciones. Coherencia, responsabilidad, compromiso, lealtad, palabras incondicionales que son compromisos de vida. Una vida que debería ser un conjunto de momentos de rebelión y guerra. Una vida que si no la das por aquello en lo que crees, ya estás muerto.

La mayor confrontación es la batalla del sujeto con su propia conciencia. Un perpetuo diálogo silencioso en el que la debilidad humana se antepone a las tareas y obligaciones revolucionarias. Si quieres llamarte humano, debes aprender a caminar con la cabeza alta sin mirar atrás. Contar tus pasos, como si tus palabras se clavaran profundamente en la tierra. Cada paso es un compromiso. Avanzar, sólo avanzar. Para no dar ni un paso atrás.

Mi traslado vengativo a la cárcel de Nigrita no iba dirigido exclusivamente contra mí, sino contra la comunidad de lucha dentro de los muros que lleva dos meses intentando romper la barrera del silencio. El gobierno fascista de Mitsotakis quiere enterrar a los presos en hormigón y los que siguen gritando se enfrentan a la muerte. Pero la muerte no es igual para todos.

Otros esconden la muerte en sus palabras. Otros en sus actos. Algunos vagan como nigromantes por las metrópolis, desacreditando la libertad a cada instante. Algunos huelen la muerte, una muerte que brota como lágrimas de los ojos. Yo personalmente aprendí a honrar la vida mirando a la muerte a la cara hasta el día de hoy. Nada de medias tintas, sino un único compromiso: llegar hasta el final mirando al cielo, nunca al suelo.

En mi vida he aprendido a elegir conscientemente la confrontación directa. A defender la punta de lanza en primera línea de la lucha anarquista. Ver pasar el tiempo desde un balcón ocupado. Paseando por la metrópolis con una pistola en el bolsillo. Para reclutar mis negaciones. No transigir con los intransigentes. Mi cautiverio no será un obstáculo para ello. Siempre defenderé el interés colectivo, con la vanguardia en mente y corazón, porque este mundo cambiará si todos lo creemos. Porque esta vida no se redime en la sumisión.

Desde la tumba de hormigón de Nigrita respiro con la vitalidad de la intransigencia. Porque la responsabilidad política de alistarse en Acción Anarquista se refleja en la lealtad y el compromiso con el frente sin segundas intenciones ni frívolas medias tintas. ¿Tengo sed? Sí, tengo sed de libertad, de momentos que definirán los frentes de las batallas que vendrán. Esta lucha ya ha sido victoriosa, porque lo veo en vuestros ojos, porque recordáis quiénes somos realmente. Por eso tenéis miedo. Porque sentís nuestra rabia en el tronar de cada tormenta.

Con el corazón al lado de los 11 revolucionarios turcos, de mi hermano Alfredo, de mi camarada Giannis, que irrevocablemente me sigue acompañando en cada pensamiento cómplice, y a todos los que de verdad se enfrentan a la ley de la resistencia.

Cuerpo y alma, todo por la lucha.

Una sola declaración hasta el final: ¡Impenitente!

Thanos Chatziangelou, miembro prisionero de la Organización Acción Anarquista.

Prisión de Nigrita, 23/12/2022

Fuente: actforfree.noblogs.org