Pronto una importante audiencia para Alfredo Cospito

Concentración en el tribunal de vigilancia con motivo de la audiencia de Alfredo Cospito (Roma, 19 octubre 2023)

El 19 de octubre tendrá lugar la audiencia respecto a la permanencia de Alfredo Cospito en 41 bis en el Tribunal de Vigilancia de Roma.

El caso de Alfredo Cospito representa un ejemplo de venganza de clase. El Estado, mediante la fiscalía de Turín, ha solicitado repetidamente la condena al ergastolo ostativo [1] para un anarquista. La sentencia contra el compañero dictada por el Tribunal de casación en julio 2022 por “masacre contra la seguridad del Estado” (la llamada “strage politica”, art. 285 c.p.) en referencia a una masacre sin masacre atribuída sin pruebas refleja hasta donde llega el actual intento de aniquilar a un revolucionario. Tan sólo unos meses antes, en mayo, Alfredo Cospito era trasladado del circuito de la Alta Seguridad al régimen 41 bis en cuanto culpable de mantener relación con el movimiento anarquista, en particular con algunas publicaciones. Si la condena por “masacre política” ha representado la culminación de un compromiso cada vez mayor de antiterrorismo y fiscalía para exorcizar el espectro del anarquismo de acción, el traslado al 41 bis ha expresado con claridad la advertencia represiva del Estado contra el movimiento anarquista y revolucionario.

Esta movilización ha tenido el mérito de revelar a muchos que el 41 bis –cárcel de guerra en tiempos de guerra permanente desplegada a nivel global– es tortura de Estado. La movilización ha desenmascarado por lo tanto la función de represión política desempeñada por la Dirección Nacional Antimafia y Antiterrorismo (DNAA) y ha evidenciado la ofensiva de contrainsurgencia preventiva en curso dirigida a los antagonistas y, en particular, a los anarquistas. Un ataque que se está poniendo de manifiesto a través de las continuas investigaciones por asociación subversiva, el desalojo de espacios okupados, el aumento de las penas por delitos políticos, la aplicación constante de medidas cautelares y de prevención (en primer lugar la vigilancia especial), la criminalización y el intento de acabar con la prensa revolucionaria, el resurgimiento de los delitos de opinión.

Con la condena al ergastolo y la imposición del 41 bis el Estado intentaba sepultar de por vida al compañero. Tras el resultado de la audiencia en el Constitucional del 18 de abril, seguida el día después por la interrupción de la huelga por parte de Alfredo, dicho propósito no fue logrado. Mediante la huelga de hambre indefinida de Alfredo, las huelgas realizaas por otros prisioneros y prisioneras y las iniciativas internacionales en solidaridad, se ha evitado la condena al ergastolo ostativo, alcanzando así uno de los objetivos de la movilización.

Pero nuestro compañero permanece en el régimen penitenciario del 41 bis, por lo que la movilización no puede considerarse concluida.

Durante la huelga de hambre –cuando sus palabras consiguieron atravesar la cortina de aislamiento de las cárceles de Bancali y Opera– Alfredo siempre ha repetido que no lucha sólo por si mismo, sino por todos los presos en 41 bis y para expandir la solidaridad con los anarquistas, comunistas y revolucionarios recluidos en todo el mundo. La cárcel especial –en las múltiples formas adoptadas por los Estados– sirve para separar a los presos considerados más peligrosos así como a los más conscientes y politizados del resto. Su función es impedir protestas, radicalización, revueltas, es decir, impedir la toma de conciencia por parte de la masa entalegada y evitar así que se materialice una lucha en las cárceles, parte de un movimiento de emancipación social más amplio. Entre los dispositivos especiales de detención, el 41 bis –cárcel dentro de la cárcel– sirve para aniquilar a los enemigos del Estado. Representa por tanto la cúspide del aparato represivo, pero está conectado en cadena con todas las manifestaciones de la represión que garantizan el dominio de clase: por eso es importante comprender que este instrumento de represión nos afecta a todos y todas.

Europa está en guerra. Italia abastece armas y apoyo al Estado ucraniano y en toda guerra a un frente externo le corresponde un frente interno. Esta situación conlleva un aumento de la represión dirigido a garantizar el orden y el funcionamiento de la sociedad, haciendo recaer los costos del conflicto sobre los explotados. En Italia este proceso se manifiesta a través de la disminución de la oferta de trabajo, aumento de la precariedad, incremento del coste de los bienes de primera necesidad, de la energía, del carburante, la insostenibilidad de la relación entre sueldo y precio del alquiler.

Todo esto es parte de una crisis sistémica en curso desde hace años y que está gobernada por una clase política totalmente hija de la doctrina neoliberal, que prevé el establecimiento de un modelo social basado en una brecha creciente entre ricos y pobres y en la transformación de los problemas sociales en problemas de orden público. El vínculo entre la implantación de este modelo de sociedad, el aumento de la represión y el aumento de la población reclusa es evidente.

La misma represión que golpea anarquistas y revolucionarios se vuelve entonces contra todo el resto de explotados, para mantenerlos en la miseria e impedir que luchen para mejorar sus condiciones de vida. Citamos algunas de las manifestaciones más recientes de la feroz guerra de clases emprendida por los patrones en este país:

La masacre de migrantes en el mar Mediterráneo: que es responsabilidad del gobierno italiano y de las instituciones comunitarias de la UE en alianza con los gobiernos africanos.

La criminalización de menores y sus familias: mediante el reciente “Decreto Caivano”, se endurece la política reaccionaria de la “tolerancia cero”. Enteros sectores de la sociedad condenados a la pobreza, a la excusión social, a la cárcel desde el momento que nacen.

La militarización del territorio: aumenta la delegación de la gestión del orden público en los militares. Las reciente mega operaciones policiales en los barrios-gueto indican que la respuesta del Estado al llamado malestar social es la ocupación militar.

La instauración de la sociedad del control digital: a través de dispositivos o procesos tecnológicos, se impiden las posibilidades de movimiento, de expresión, de elección (como por ejemplo, ZTL [zonas de bajas emisiones], green pass, cámaras, así como las ciencias convergentes y la inteligencia artificial).

El ataque a los trabajadores: efectuado mediante limitaciones al derecho de huelga, requerimientos, montajes contra sindicalistas, ataques de la policía a piquetes y bloqueos. Los obreros son condenados a muerte para aumentar los beneficios, como atestigua la masacre de Brandizzo [2].

No nos interesa que los burgueses se calmen o tengan piedad, sino reaccionar y unirse contra los enemigos: el Estado y el capital.

Concentración solidaria: jueves 19 de octubre, via Triboniano, Roma, 09:00h

Asamblea de solidaridad con Alfredo Cospito y los prisioneros revolucionarios
Roma, octubre 2023

Traducido de: lanemesi.noblogs.org

[ndt]
1. Cadena perpetua sin posibilidad de reducciones, permisos ni ningún tipo de “beneficio” penitenciario
2.
En agosto pasado cinco trabajadores perdían la vida arrollados por un tren mientras realizaban trabajos nocturnos de mantenimiento en las vías. El responsable les dio la orden de comenzar antes de recibir la autorización, que debía esperar que pasara el tren. En un vídeo tomado minutos antes por uno de los trabajadores se escuchan las instrucciones: “si os digo tren, id hacia ese lado”, luego pide confirmación: “¿si llega un tren, hacia donde vais?”.
El tren venía a 160 km/h