Una carta de Stecco

Este escrito no es un comunicado. No encontraréis aquí reflexiones sobre mi detención o sobre esta nueva experiencia penitenciaria, o sobre otras cuestiones políticas. Esta llegarán a su debido tiempo, cuando considere reposados algunos asuntos personales, y algunas refllxiones que están madurando en estos primeros meses de detención.

Este humilde texto tiene el simple objetivo –para mí necesario– de agradecer, saludar, y de mostrar solidaridad también desde dentro de estos muros.

He esperado un poco antes de poner sobre el papel estas palabras, aunque la decisión ya estaba tomada el 4 de diciembre, día de la audiencia en el Tribunal de Imperia, por el documento falso que tenía el día que mi experiencia de clandestinidad fue interrumpida por un grupo operativo de los Nocs [unidad especial de intervención de la polizia di stato italiana – ndt].

Ese día en el tribunal, mientras yo estaba enjaulado, el abogado me comunicó la pérdida de mi madre. No quiero hablar sobre cuestiones personales, sino –esto sí– sobre la presencia de compañeros y compañeras en la sala, de su cercanía, de su fuerza, y de la enésima constatación de solidaridad. Pero también de compañeros y compañeras que depositaron flores en su funeral, haciéndome así partícipe, con este gesto, en un momento importante de mi vida, al que, por mi decisión previa, había decidido no participar. Estos gestos, junto a la gran cantidad de palabras que me llegan por carta, a algunas acciones de solidaridad, es algo que hace que sea difícil describir lo que siento, son hechos que me llenan de orgullo y determinación. Es algo que sé y que me acompaña desde hace años, la existencia de la solidaridad entre compañeros y compañeras, entre explotados y explotadas, existe, es palpable, y va más allá de lo individual, de mi situación concreta, esta tiene poca importancia ante la responsabilidad de continuar la lucha, ante la necesidad histórica de desatar la revolución social.

Yo sólo soy un humilde compañero que intenta alcanzar, con todo lo que tiene a disposición, los fines más altos de libertad y emancipación para todos y todas. Por eso no estoy abatido por encontrarme en este lugar, porque estoy entre los últimos, los excluidos, entre quienes pertenecen a esta clase explotada. Entre ellos, independientemente de las diferencias y contradicciones, continuo con mi contribución a la lucha, a la toma de conciencia. El Estado está volviendo a fracasar en el intento de romper nuestra solidaridad, nuestros vínculos políticos, afectivos y amistosos, e, in primis, los de la afinidad. Una unión de la que no tengo dudas respecto a su capacidad, en su consistencia y presencia, en la cual pongo toda mi confianza y energías. Una unión que sé que todos juntos mantendremos firme en el futuro cercano, dado que somos conscientes que aquí en Italia muchos de nosotros acabaremos en las mallas represivas cuando concluyan varios procesos judiciales.

Años que afrontaremos con dignidad, en los que cada uno de nosotros será apoyo de los demás, en los que este tiempo no será vivido de forma pasiva, sino activamente, para continuar nuestra batalla por nuestros ideales, por una idea de justicia y libertad, una idea que se llama Anarquía.

Todas estas certezas he percibido en la sala. Todas nuestras dificultades, todos los obstáculos que nos rodean en esta fase histórica pueden ser superados con la fuerza de voluntad, en el estudio, en la unión.

Por desgracia cuatro días antes de mi detención supe de la pérdida del compañero anarquista Alfredo Maria Bonanno. Fue otro momento de dolor, porque junto a tantos otros compañeros y compañeras hemos tenido ocasión de leer sus palabras, de confrontarnos con su personalidad, para algunos y algunas haber podido actuar junto a él en el curso de una vida dedicada a la lucha, a un ideal.

Un compañero hacia el que siento una gran gratitud por mi formación ideal y política.

Me considero afortunado de haber podido, junto a otros, organizar con él los comicios anarquistas en invierno de 2021 en Trieste. Comicios en los que quiso que hubiera grandes telas negras, símbolo de nuestra revuelta anarquista, telas que hoy alzamos por su partida.

Tengo frescas en la memoria las discusiones con él antes de partir en clandestinidad, delante de un plato de pasta en una hostería, y no dejan de sorprenderme su fuerza, determinación, lucidez.

Aprovecho esta ocasión para mostrar mi pésame a su familia, a sus personas queridas, y a los compañeros y compañeras de edizioni Anarchismo.

Concluyo diciendo que:

– Saludo con viva fuerza el coraje y la determinación de los compañeros Francisco Solar y Mónica Caballero, que el pasado 7 de diciembre eran condenados por el Estado chileno;

– Traslado mi cercanía a los comuneros mapuche de la CAM recientemente condenados por el Estado chileno y a los que sufrirán la represión de los tribunales en los próximos meses por su justa resistencia;

– Saludo a Gabriele, Tobias e Ilaria, detenidos por el Estado húngaro. Buena fuga a quienes escapan del control de las esposas, y que al actuar así demuestran que los caminos de la libertad siempre están abiertos;

– Gracias a los compañeros y compañeras griegos, sea por su dignidad al afrontar la represión como por su mantener viva la memoria revolucionaria, pero sobre todo por su continua contribución analítica útil para todo el movimiento revolucionario;

– Gracias a los compañeros bielorusos por su transmisión de palabras llenas de coraje desde las prisiones del régime nde Lukaschenko en estos años de guerra. Solidaridad con los desertores de cualquier guerra y cualquier nación;

– Envío fuerza al compañero francés Boris para que mejore su salud;

– Libertad inmediata para los prisioneros Giannis Michailidis y Nikos Matziotis en Grecia, para Marcelo Villaroel en Chile, para Claudio Lavazza en Francia;

– Deseo buena libertad y buen regreso con sus seres queridos tras tantos años de prisión a Pola Roupa, Thomas Meyer Falk, Gabriel Pombo da Silva y a Davide Delogu, aunque todavía esté restringido por el arresto domiciliario;

– Saludo a Anna, Poza, Nasci, Rupert, Dayvid, Zac, Saverio, Paska, Stefano, Juan, encerrados junto a mí en las prisiones de este Estado. A Sasha en arresto domiciliario;

– Me uno a vosotros ahí fuera con el eslogan que tantos y tantas habéis gritado durante los meses pasados: “Fuori Alfredo dal 41 bis!”. Un abrazo especial par él. Fuera todos de ese régimen penitenciario;

– Por último, con dolor en el corazón, mando un saludo con el puño cerrado al compañero palestino Geroges Abdallah, contra quien se celebrará en abril, en el Tribunal de Trieste, un juicio por la historia de su resistencia al régimen sionista de Israel. Por una Palestina libre de Estados, amos y de cualquier autoridad.

¡Siempre por la Anarquía y la revolución social!

¡Libertad para todos y todas!

Luca Dolce, apodado Stecco

Traducido de: ilrovescio.info